martes, 7 de agosto de 2007

CUENTO " El espanta Pajaros "

El espanta pájaros Era de familia numerosa, pero casi nadie le prestaba mucha atención. Morena de ojos negros y grandes, tenía ocho años y no levantaría más de un metro del suelo. Hoy la llamarían súper activa, antes sencillamente era revoltosa. Era la pequeña de cuatro hermanos, su madre tenia cuarenta y cinco años y murió en el parto de Luisa. Por eso ella no conocía las caricias de una madre y así se crió ella, más bruta que un arado. Desconocía totalmente la coquetería femenina, nunca la encontrarías jugando a muñecas como hacían las demás niñas, ella le gustaba jugar a buscar nidos de pájaros en los árboles más altos. Vivía en el campo y no tenia amigos, sus hermanos eran mayores, Juan el mayor tenia tenía treinta años, casado y vivía en la ciudad; Curro el segundo, se mato en un accidente de bicicleta con quince años y Eloy con veintidós años estaba estudiando de aparejador, tampoco vivía en casa. Aparte de ella en casa vivían dos viejos y una amargada, ese era el comentario que siempre oía cuando alguien se dignaba dirigirle la palabra. Ella podía entender que en su casa vivieran tres viejos, no dos como decía la gente; su abuelo, su padre y su tía pero no entendía lo de amargada; su tía las pocas veces que la había besado no amargaba ¿ por que lo dirían? Un día Luisa escucho decir a su abuelo que se presentaba un mal año por culpa de una bandada de pájaros de procedencia del sur que se habían adueñado de los trigales y dejaban el campo sin trigo. Luisa tuvo una idea, y se la quiso plantear a su abuelo, pero éste como de costumbre ni tan siquiera le escucho. Era un viejo huraño, gruñón y con cara de muy pocos amigos; no hablaba nunca, pero con el se sentía protegida, era el único que por la noche cerca del fuego le dejaba reposar su cabeza en sus rodillas. La menuda niña, no sabía recapacitar, si sus ideas podrían ser buenas o no, lo que pensaba sin más preámbulos lo llevaba a la práctica (y así le iba). Podía pasarse el día pérdida y mientras estuviera en casa a la hora de dormir, nadie se preocupaba de ella. Vivian en el campo, y lo mismo el padre que el abuelo estaban convencidos que allí no corría peligro alguno; su tía la solterona solía decir que seria bueno que la niña fuera al colegio, pero el padre creía que lo importante para ella era saber llevar una casa como toda buena mujer, los estudios eran para los hombres. Luisa no comento su idea a nadie, su abuelo no la escuchaba, su padre siempre estaba en el campo y su tía siempre le mandaba cosas; así que prescindió de todo el mundo y decidió llevar su idea a la practica; se encerró en el desván buscando en el baúl de su madre algo que pudiera servirle para su plan. El baúl estaba cerrado con candado, ella hasta hoy no le había importado, pero ahora lo necesitaba abierto, y sin pensarlo cogió una herramienta y rompió el cerrojo, no sin poner toda la fuerza que por poco hubiera resultado poca. No tenia amigas pero tampoco le hacían falta, ella se había creado su propia amiga, esa que se saca una de las fantasías, la cual se ajusta a la perfección a sus propias necesidades. La llamaba Cris y se pasaba horas hablando con ella. - Cata crac, por fin, lo conseguí. - Lo ves Cris, ya esta abierto; buscare un bonito vestido de mi madre. Encontró una pamela vieja, arrugada y un tanto rota, y la aparto. Siguió buscando, ayo unos zapatos y un vestido que debía ser el de novia de su madre. - Mira Cris, eso me servirá. Se vistió con aquellas prendas y parecía un fantoche, pero ella se veía guapa. - ¿A que parezco una princesa? - Iré dando vueltas alrededor del campo de trigo y así los pájaros se irán y no comerán el trigo. - ¿Que te parece mi idea? ¿A que es fabulosa? Se fue donde los trigales con todo su atuendo, y fue dando vueltas y mas vueltas alrededor del campo; con un sol de justicia. Cuando se cansaba se sentaba, y movía los brazos para que los pájaros se fueran, así paso todo el día en el campo; al anochecer se desvistió en el desván y se fue a casa. - No viniste a comer donde estuviste, le pregunto su tía. - Por ahí en el campo. - Nunca vas a ser una buena ama de casa, si te pasas el día holgazaneando. - Estuve ayudando al abuelo. Este levanto la mirada del plato con cara de interrogación, pero no dijo nada. Después de la cena Luisa estaba cansada eran muchas las vueltas que había dado alrededor del campo de trigo; dio las buenas noche y se acostó. Al día siguiente Luisa no se podía levantar, se encontraba mal tenia fiebre y fuego en la cara; estaba roja como un pimiento. Su tía no podía creer que la niña volviera a tener el sarampión ( pues parecía eso) si hacia escasamente un año que lo había pasado, y eso se pasa una vez en la vida. El padre que tenia que ir al pueblo para comprar abono para la tierra aprovecho y aviso al medico para que pasara por la casa a ver a su hija. Mientras Luisa en un descuido de su tía hizo un esfuerzo, se levantó fue al desván se vistió de nuevo con su pamela, el vestido blanco y los zapatos y se fue a los trigales; como estaba muy débil no dio vueltas, se sentó en medio del trigal y fue moviendo los brazos para asustar a los pájaros. Su fiebre subía, su cara cada vez le quemaba más y estaba muy, muy cansada, tanto es así que se desmayo. Al llegar el medico, se asustaron muchísimo, pues Luisa no estaba en la cama donde todos creían que debía estar. La tía lloriqueaba diciendo esa cría me va a matar. - Si, ¿pero donde esta ahora? dijo el padre. - Y yo que sé, ¿Acaso ha tenido nunca control? - Que esta enferma, Caray. - Buscadla, no estara lejos dijo el medico. Los tres fueron a buscarla por aquellos campos, como el trigo estaba ya un poco crecido no podían verla; de repente el padre, mas que encontrarla se tropezó con ella, la cogió en brazos la llevó a casa y llamó a los demás. Después de una concienzuda revisión el medico dijo que padecía una insolación y que tenían que darle mucho agua para evitar el peligro de deshidratación. Estuvo una semana en la cama, sin apenas comer, solo bebía, agua, caldo, zumos leche ect. ect. Estaba tan harta de líquidos que le dijo a su amiga Cris: - ¿Cris porque no me darán vino o cava? Así al menos estaría siempre contenta. - Cuando me ponga buena, nunca mas voy a beber, lo juro. - ¿No te habrás vuelto loca? Le dijo su tía al ver que hablaba sola. - ¿Porqué lo dices? - Estabas hablando sola. - No, estaba pensando en voz alta. - Venga comete ese puré, que mañana ya te podrás levantar. - Si no voy a poder aguantarme de pie con tanta borrachera de líquidos. - Así no aras locuras. - Yo no hice locuras, hice de espanta pájaros, para salvar la cosecha de trigo. - Los espanta pájaros son muñecos, no personas. - Y yo que sabía, ¿me cuenta a mi alguien las cosas? - Esas cosas se saben, mas viviendo en el campo como tu. - Bueno, da igual, yo siempre lo hago todo mal, por que no me quiere nadie. - Que tontería es esta, si tú eres la niñita de la casa. - Si, la que mato a su madre, al nacer... y se puso a llorar desconsolada. - Niña, Luisita, por Dios no digas esos disparates. Eso no es cierto, y todos te queremos muchísimo. - ¿Porque Juan cuenta que padre jugaba con el y le daba besos y a mi no? - Por que ya no tiene humor, cuando Juan era pequeño tu padre era joven y tenía otro ánimo. ¡Pero te quiere, seguro! Al día siguiente te levanto, estaba un poco débil, pero contenta, su padre le regalo un cuaderno y una caja de lápices, para que aprendiera a escribir. - Toma, quiero que el día de mañana seas una señorita. - Gracias padre, y le dio un beso. - Que sepas que te quiero mucho, que tú eres mi niña bonita. Se fue corriendo a su habitación, y llamo a su amiga invisible para decirle: - Cris mi padre me ha dicho que me quiere y me ha regalado esto para que sea una señorita de verdad. - Estoy contenta, mi padre me quiere igual que a Juan y a Eloy. - Sabes, nunca mas volveré hacer de espanta pájaros, ahora soy una señorita, bonita e inteligente. - Ya sé que los espanta pájaros son muñecotes destartalados que se plantan en medio de la siembra para asustar a los pájaros. Al llegar el mes de septiembre empezó a ir al colegio y fue la niña más feliz de la comarca. Colorin, colorado esta historia ha acabado. T.P Marés

1 comentario:

Gloria y Marta dijo...

Tere, me alegro que pongas cuentos e historias, me gustan mucho y paso un rato divertido leyendolas, creo que este blog no lo habia visto