
Los bebes y los Reyes Magos.
Pensó que le preguntaría a su padre, ya que una vez le pregunto a su tía lo de los niños y
no le contesto.
Por la noche su desilusión fue enorme.
- Padre, ¿es cierto soy vosotros los que compráis los juguetes y decís que los traen los
Reyes? - Por fin hija, creía que ya te pasabas de inocente; o te hacías la lista para tener
mejores juguetes; tus hermanos lo descubrieron a los siete años y tu ya tienes nueve.
La cara de sorpresa y desilusión de Luisa no se podía explicar.
Salio corriendo a su habitación llorando, no porque no existieran los reyes, pero si le
dolió y mucho que su padre le hubiera mentido.
Ya no quiso preguntar nada más.
Le faltaba aclarar lo de los niños, pero ya no se atrevía a preguntar a ningún mayor, pues
era cierto que los mayores mentían.
Un día que fue a comprar tabaco para su padre, se fijo que el estanquero tenia una tripa
muy gorda, y pensó; seguro, que esta esperando a un niño.
Estuvo todo un año,y pico siguiendo el desenlace de aquel acontecimiento, pero el
estanquero seguía gordo sin más, ni niño, ni narices.
Si todo el mundo mentía, de quien podría fiarse.
No se hablaba con aquella niña tonta, pero apenas se hablaba con su padre (así no le
mentiría)
Llegaron las fiestas del pueblo y vino su hermano Juan, y su esposa.
Por circunstancias de la vida, estos se quedaron al pueblo unos tres meses; coincidiendo
que en aquel periodo de tiempo a Luisa le bajara la regla por primera vez y fue Silvia su
cuñada la que se dio cuenta al ver una mancha en el vestido de Luisa.
La llamo a parte: le explico, que tenia que hacer, como debía comportarse y sobre todo
el porque de aquel fenómeno de la naturaleza.
Porque se tenia la regla, como se hacían los niños y como nacían.
- ¿Es cierto todo eso que cuentas?
- Pues claro, es la ley de la vida.
- Pero si el estanquero hace más de un año que tiene tripa, y no le sale ningún niño.
- Muchacha, las que tienen los niños son las mujeres, no los hombres.
- ¿No me mentiras tu también?
- ¿Tu as visto algún animal macho parir?
- No, pero los humanos somos más inteligentes, ¿seguro que no mientes?
- No tengo costumbre de mentir, pero ¿a que viene eso?
- Que yo creía que los mayores erais perfectos, (sobre todo mi padre) y resulta que todo
el mundo miente, y miente siempre.
- Eso no siempre es cierto, no digo yo que alguna vez sea necesario mentir, pero muy
pocas.
- ¿Porque me mintió mi padre, con los reyes, el ratoncito y con los bebes?
- Lo de los bebes, porque tu eras chiquita para entenderlo, y de lo demás, nos gusta
mantener la ilusión de nuestros hijo, mas que mentirles a ellos nos mentimos a nosotros
mismos; es un modo de sentirnos niños todavía.
Después de la explicación de su cuñada, todavía no podía entender porque a los mayores
les gustaba sentirse niños; si resulta que los niños, (sobre todo ella) `parecían tontos.
Se prometió a si misma, no mentirles jamás a sus hijos si alguna vez los tenia; y explicarles
con toda clase de detalles todas las preguntas que ellos le hiciera.
Fin
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